Las estrellas

Anoche estuve escuchando a Silvio Rodríguez.

Ya, ya sé lo que dicen, que si se ha vendido, que si ya no es lo que era, que si es un can de los Castro... Ya. Todo eso lo sé, o al menos lo he oído, no es nuevo.

Oía "El necio", "La maza", "¿Qué hago ahora?", "Óleo de mujer con sombrero", "Como esperando abril", "Sin tu latido", ya sé que es de Aute, pero la cantaban juntos en ese maravilloso álbum en directo de los 90' :

"Hay algunos que dicen
que todos los caminos conducen a Roma,
y es verdad, porque el mío,
me lleva cada noche al hueco que te nombra [...]

luego apago tus ojos
y duermo con tu nombre besando mi boca [...]"

... me di un baño de Silvio anoche. Hasta que llegué a sus estrellas. Sus estrellas no son de amor, no son de recuerdos ... no. Cada estrella en él es una esperanza, un anhelo, un deseo puro... son hermosas. Y sentí tristeza. No por mi sino por ellas, ellas no verán jamás una estrella de Silvio aunque les caiga encima. No saben lo que es una ilusión aferradas como están a devorar cual Saturnas. Pena. Sobre todo cuando llegué a "El vagabundo". A una la vi presumiendo de conocer a la gente y de tener mucha psicología, la otra la pobre ni la entendería:


"[...] Recorre el universo en su asteroide
sin órbita, ni puerto, ni partida.
Tapa la soledad con todo el frío 
de su vida. [...]

Entonces metió el pájaro en la jaula
y lo soltó a la suerte con que vino,
sin comprender jamás
lo sucedido."