Colarse en la cola del Teatro

El sábado pasado estuvimos en el Teatro. Sí, con mayúsculas; con minúsculas es, o lo entiendo yo, como otra cosa, más parecido a lo que hacen algunos elementos de mi empresa (ex-empresa). No, lo de emborracharse no es teatro, es real como la vida misma, pero de eso hablaremos otro día. 
Que estuvimos en el Teatro, digo, y vimos "Don Juan, el burlador de Sevilla". No haré yo de crítico, ojalá tuviera el conocimiento suficiente para poder ser crítico de
 Teatro; de momento me conformo con ir a ver alguna que otra obra. 
Me gustó, entretenida, con una moralina un poco de otro siglo pero actual como el mensaje del anuncio el que la hace la paga (el que derrocha lo paga). 
En la cola coincidí (detrás de mí) con D. Luis María Ansón. Cuando le vi me chocó verle en la mundana cola de la taquilla, pero ¿y por qué no? pensé en seguida. Iba con las que parecían ser sus hijas y si alguna era su señora esposa, compañera o lo que se estile en su casa, era jovencísima (de nada). Alguna de ellas no parecía tener tan asumida su condición de personaigualalasdemás que parecía rebosar su padre. "¿Vamos a esperar toda esta cola, papá? hace frío y las cebollitas debemos estar bien guardadas" Entiendo que era una broma doméstica o un mote del pueblo o vaya usté a saber. No venía a cuento, lo que importaba era que la nena, la cebollita,  quería colarse. Neón rojo, alarma, sirenas, se cuelan .... Miré a papá, papá me miró sabiendo que yo ya sabía (la intimidad de una cola de Teatro) "He mirado a ver si había alguna (¿alguna??) de relaciones públicas pero no he visto a nadie". Anda coño, qué decepción, si el papá también tenía claro a qué venía. "Pues pasamos y la buscamos por dentro", "Vale ya déjalo" dijo un poco corrido el Sr. Ansón mirándome, "pero papá aquí hace frío y pudiendo pasar ... " "¡¡VALE YA!!" ordenó tronante papá. Silencio glacial en la cola del Teatro. "Por favor Sres., quienes hayan sacado su entrada por internet ya pueden pasar por el cajero a recogerla, por favor". Me di media vuelta, la sonrisa me tocaba ambas orejas, miré al Sr. Ansón y procedí a retirar mis entradas con la creditcard entrando inmediatamente al teatro. Lo sentía en la nuca. Giré la cabeza y vi al Sr. Ansón estoicamente en la cola mirándome mientras me hundía escaleras abajo.
Lluvia, Roelas, Perea, Pintor, Salazar, San José ...  y los que me dejo, estupendos. Volvería a verla. 
A la salida se había llevado el coche la grúa,  pero eso es otra historia que ya contaré.

4 comentarios:

$@ndR@ dijo...

Hay gente que tiene morro, o exceso de "pijería" por llamarlo de algún modo. Los demas somos la miserable prole que no tiene derecho a nada...ni siquiera a ser primero en la cola del teatro porque alguien quiere serlo sin serlo... :-)

Anónimo dijo...

Por lo poco que te he podido leer creo que me voy a aficionar a tu "columna" virtual. Si ya le dije yo a una personita que tenías que dedicarte a esto :-)

Ahora, después de echarte flores, hablemos un poco sobre esta entrada :-) A mi más que lo de Anson me choca que es ver a Fran Perea haciendo teatro... ¿Qué tal es?

Olcadia dijo...

Bueno, nunca me gustaron los juegos florales, salvo los que os dedicáis entre vosotras, son fantásticos (hay que decirlo con acento ché), pero hay que reconocer que tú tienes más oficio, mucho más, dónde va a parar. ;-)

Fran Perea, me dices? Le vi en la anterior que hizo con Ana Belén, por cierto, qué cosas, primero se revuelca con la madre y luego con la hija, ¡genio y figura!. Que le vi en la anterior (un clásico, FEDRA) y en esta (otro clásico) y en ambas me pareció un tanto forzado, como que sobreactúa. Parece que se aprende muy bien el texto pero no se cree el personaje, o se lo cree de más, y eso se acaba notando. Peeero las dos obras se salvan porque va acompañado de unos auténticos monstruos de la escena. En Fedra, Alicia Hermida da solidez y presta su oficio y aplomo a Ana Belén que es quien salva la obra. Fran Perea como que grita en lugar de hablar, corre en lugar de andar (de hecho hay un par de escenas que casi se sale del escenario corriendo). Claro que es un clásico y a mí me encanta el Teatro clásico (otros coleccionan espadas de la Guerra de las Galaxias, ¿no?).

En esta de Tirso está muy bien acompañado (que se lo digan al abuelo de los prismáticos de al lado: en las escenas de desnudos se hacía marca en los ojos de apretar) tanto por calidad, que hay mucha, como por cantidad: Manuel Tejada o Enrique Arce o Jorge Roelas ... cumplen con nota con sus personajes y entre las chicas Lluvia Rojo o Marina San José están a un nivel más que aceptable. Marina está un poco rígida, le falta algo de naturalidad que se compensa con la casi constante presencia en escena del resto de compañeras de reparto que maquillan las pocas carencias que tiene.
Pero el pobre Fran ... por qué se acelera tanto? no sé; a Jorge Roelas casi siempre le grita y a veces le tiene pegado a él ... Me gustó la obra porque el conjunto es más que aceptable, pero en concreto Fran Perea en ambas más parece un cantante que actúa que un actor. Imagino que con el tiempo ..... aunque eso sí, le salva su tremendo empeño (soy un flojo)

Bueno, que conste que no me gusta criticar obras de teatro o cine y no tengo lo escrito por tal .... lógicamente tengo mis gustos pero considero que para ejercer de crítico de algo se ha de ser un verdadero profesional de la materia para no caer en las opiniones baratas, o peor, sensibleras ...

En fin espero haberte contestado. Ah, y cuidad a la "personita" que está frágil y ahora no se puede romper, no debe.

Anónimo dijo...

Nadie nace sabido y su intención de dedicarse al teatro le honra en su intento por superar su imagen de ídolo adolescente para convertirse en un verdadero actor, esperemos que lo consiga.

Cuidar dices? Tu no sabes que a mi de pequeña ya me llaman CUIDEITOR! ;-)