Cuando en el campo hay luna llena en una noche de invierno, te envuelve el frío. Te paraliza. Se ven las casas a lo lejos. Lejos. No son las casas, son sus negras siluetas. Hace frío. Aún están ahí los restos de la última nevada ya dura. La luz se hace sepulcral, pálida, acechante. Abandono la piedra y comienzo a caminar.
Duermen todos, los buenos, los malos. Durmiendo no hay malos. Todo está detenido. Los niños duermen, y las madres también duermen, y los padres, y los curas, y los jardineros, los asesinos, los ladrones, los maltratadores, los maestros, los cornudos, las borrachas, los alcaldes y las monjas. Duermen. Duermen para mañana ejercer su oficio. Ahora duermen.
Por un momento el pueblo es bueno y tierno. Sus gentes duermen.
5 comentarios:
perdoname por la dureza, pero, ójala algunos durmieran siempre. ¿Quien? UF! Eso ya no sabría decirlo
¡qué tentación! ... ¡poder escoger!¿Sabríamos parar?¿Contaríamos ese "don"?
Creo que no.
Por eso es mejor que todos despertemos cada mañana. FOR IF THE FLYS :-)
algunos no deberían ni nacer
YOPISPA
uf, uf ... si pudíesemos escoger, no podríamos parar seguríiiisimo. Y no yo no contaría ese don ... a quién mandarían dormir sería a mí ;-P
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